Comenzaron a oírse las campanas en 2007 pero siguieron y siguieron sonando los cuartos, todavía incluso en Agosto de 2009, cuando el sonido seguía antojándose muy lejano. Lo que parecía una ilusión previsiblemente se hará realidad en 2011 cuando por fin sonarán las campanadas que tanto se esperan entre el colectivo de autónomos de nuestro país: por fin podrán recibir subsidio por desempleo.
No podemos olvidar que los autónomos en esta dura y larga crisis son uno de los colectivos más castigados porque:
- El volumen de trabajo ha descendido y en su caso si no trabajan, no cobran.
- La gripe A, B, C… o la que haya en ese momento no puede ser motivo de “absentismo laboral” puesto que si se ponen enfermos no existe prestación alguna que cubra su baja…
- Los autónomos dependientes que trabajan para una única empresa, todavía lo tienen peor porque cuando no hay trabajo y una empresa tiene que decidir qué hacer lo primero que piensa es en despedir al que le cueste menos dinero y ahí es donde los autónomos pierden por goleada ya que puede prescindirse de ellos cuando se necesite y sin costes adicionales.
Y todo esto no deja de ser una pequeña muestra del total desamparo que vienen padeciendo los emprendedores de nuestro país hasta ahora.
Afortunadamente parece que pronto su situación será diferente ya que los cambios propuestos en el estatuto afectarán a los puntos más débiles y controvertidos a los que se estaba enfrentando este colectivo:
- Paro. El fracaso de un negocio no tiene por qué suponer la pérdida total de ingresos para el autónomo pero si que deberán demostrar pérdidas equivalentes al 40% de sus ingresos. En estos casos el gobierno les garantiza una cobertura que no será inferior a los 580 euros y no superará los 1.300 euros.
- Autónomos dependientes. Esta paradoja encierra una realidad que se ha multiplicado en los últimos años: la de los trabajadores que cotizan por cuenta propia pero están vinculados a una sola empresa. Con el fin de proteger más a ese colectivo (autónomos cuyos ingresos dependen en un 75% de una empresa), se obliga a esa compañía a firmar un contrato en el que se fijen las condiciones de trabajo. Tendrán derecho al menos a 18 días hábiles de vacaciones al año y a organizar su jornada.
- Enfermedad y accidentes. Con el estatuto, todos los autónomos deberán cotizar para estar cubiertos por enfermedad (hasta ahora era voluntario). Será también obligatorio el pago por accidentes laborales para autónomos dependientes y para las ocupaciones que entrañen especial riesgo.
- Más incentivos. Pagarán menos a la Seguridad Social los menores de 30 años (35 en el caso de las mujeres), los que tengan pluriactividad y coticen ya por el máximo y los vendedores ambulantes.
- Maternidad y embarazo. Las madres y padres podrán disfrutar del permiso remunerado en más supuestos que los actuales. Hasta ahora, había que acreditar una cotización mínima de 180 días. Con la nueva regulación se podrá cobrar con menos tiempo trabajado siempre que se eleve el pago a la Seguridad Social.
Pero claro, tomarse las uvas no será tan sencillo ya que para poder acceder a estas ayudas los autónomos deberán cotizar por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales (actualmente sólo el 12% de los autónomos lo hacen).
Los que no estén incluidos en este régimen deberán decidir si hacerlo voluntariamente para poder optar a estas ayudas o no. Eso sí, deberán cotizar al menos durante un año alrededor de 30 euros al mes, que se sumarían a lo que ya pagan para tener derecho a dos meses de prestación pero claro no podemos olvidarnos que como máximo tienen 6 meses de subsidio.
Mirando con lupa toda esta información me surgen las siguientes dudas:
¿Llegarán a tiempo estas medidas o la mayoría de los autónomos ya estarán arruinados?
¿Dispondrán todos los autónomo de 30€ a mayores mensualmente para poder cotizar y disfrutar dentro de un año de estas ayudas?
¿Ayudará a la mayor parte de la población o sólo a unos poquitos?
Vanessa T.
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