Si bien es cierto que siempre hay alternativas para buscar financiación, concretamente para autónomos y PYMES, tema que nos ocupa en este blog, también es cierto que cada vez son más los frentes abiertos y las puertas que se cierran y nos dan en las narices.
En este caso voy a comentar una realidad que seguramente no se le escapa a la mayoría de nuestros lectores, ya que en muchos casos se sentirán identificados.
Desde Círculo Gacela, somos conscientes que la crisis que está afectando a nuestro país concretamente, es más profunda de lo que un principio se podía prever. La crisis ya no sólo afecta al sector de construcción, sino que se ha extendido al financiero, al de la automoción, y ya afecta a la economía general del país y afectando duramente a autónomos y pequeñas y medianas empresas. Éstos han visto reducidas sus posibilidades de acceso a fuentes de financiación ajenas. Las entidades bancarias están siendo cada vez más duras en la concesión de crédito y quizás estén pagando como se suele decir, justos por pecadores.
Si parece que la situación no puede ir a peor, puede, los pequeños comercios están viendo reducir sus ventas notablemente, debido a la bajada de consumo que se está produciendo en España y que ya es generalizada.
Y si todo esto, todavía no fuera poco, los autónomos y PYMES que han realizado trabajos para ayuntamientos, están viendo aumentar sus plazos medios de cobro hasta niveles insospechados y que teóricamente sobrepasan el límite establecido como mora, acercándose a los nueve meses.
Esta situación se está produciendo debido a que gran parte de los Ayuntamientos, viendo la bonanza económica de los últimos tiempos, unido a la expansión del sector del ladrillo, han aumentado gastos quizás innecesariamente o quizás sin prever realmente los ingresos que podrían alcanzar en un futuro cercano, bien aumentando plantilla o bien acometiendo inversiones fácilmente prescindibles o que no generaban un empleo sostenido para la población y en definitiva riqueza.
La situación es peliaguda y pasa por reducir los gastos por parte de los Ayuntamientos hasta tasas equiparables a los ingresos que se vienen generando, o bien que el Estado a través de por ejemplo el ICO facilite financiaciones a fin de no ahogar más, las ya maltrechas economías de las pequeñas empresas.
Javier M