Cómo esto es posible cuando el mercado continuo está cerrado sólo para compañías que superen cierta capitalización, ahí es donde entra el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). El proceso, de manera sencilla, sería el siguiente: tenemos una empresa, nos encontramos con que esa empresa necesita financiación, para ello puede hacer una ampliación de capital a la vez que entra en dicho mercado. La ampliación no se haría con recursos propios, sino con la venta de acciones nuevas a inversores que acudan al MAB. Así de esta manera conseguiríamos fondos que podemos destinar a la actividad.
Para los que tengan dudas sobre la fiabilidad de este mercado cabe decir que está promovido por Bolsas y Mercados Españoles y supervisado por la CNMV. Esto que quiere decir, pues que los que están detrás de este mercado son los mismos que gestionan, controlan y supervisan el mercado continuo y el famoso IBEX 35. Eso sí, las empresas que pretendan buscar financiación por esta vía tienen que cumplir ciertos requisitos de información y transparencia. Hay que entender que para garantizar la calidad de este mercado se tienen que llevar a cabo unos controles más exhaustivos que los que una empresa mediana está acostumbrada a mantener. Por lo que no es apto para empresas de “dudosa” actividad.
Dejando de lado la parte en que el MAB es una fuente alternativa de financiación a tener en cuenta, es una manera de darse a conocer, encontrar nuevos clientes o proveedores que desconocían la existencia de la empresa. Por otro lado se refuerzan los fondos propios al aumentar el capital social, situación que mejora la presencia ante posibles búsquedas de financiación futuras.
Desde Círculo Gacela nos parece una alternativa interesante, no sólo como fuente de financiación, sino también como una base a tener en cuenta para el crecimiento futuro. Seguiremos de cerca su evolución.
Javier G.
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