Parece lógico que existan ciertos sectores que resistan mucho mejor los envites de la crisis económica mundial que otros. Entre dichos segmentos de mercado se localizan el de la comida basura, los servicios de bajo coste y, quizás, las empresas de ocio especializadas en el sector erótico. Pero la actual crisis financiera de Playboy nos derrumba dicho mito.
Playboy es sólo una más de las muchas multinacionales (aunque sorprenda por las actividades a las que se dedica y su amplio abanico de variedades) que están padeciendo la enorme caída del consumo achacable al aumento del paro y al recorte del acceso al crédito que están sufriendo las principales economías del mundo.
Es por ello que sectores de ciertos productos “no prioritarios” o “de lujo” siempre se ven más afectados o comprometidos que otros, pues la mayor parte de la población prioriza sus necesidades hacia aquellos artículos que realmente necesita y disminuye el gasto en el resto con la finalidad de aumentar el importe final del ahorro personal. Es una reacción típica de momentos de crisis que ya se ha repetido en ocasiones pasadas.
Ésta es una de las principales razones por las que Playboy, aunque parezca utópico, haya decidido reducir sus costes fijos drásticamente. Es decir, ha recortado personal para hacer frente al importante bache que está sufriendo la economía mundial. Los cambios que propone la compañía incluyen también el cierre de su lujosa oficina situada en el centro de Nueva York (Quinta Avenida) para unificar la gestión de la empresa en Chicago desde donde tienen su apartado web. La empresa no descarta además un nuevo recorte de personal en el futuro que afectaría a unos 100 nuevos empleados.
En un año las acciones del grupo, pionero de la liberación sexual norteamericana, perdieron cerca del 60 por ciento de su valor. Y el riesgo de bancarrota es serio, como demuestran algunas cifras del grupo. Playboy sufrió pérdidas por importe neto de 156,1 millones de dólares (125 millones de euros) al cierre del ejercicio 2008, frente al beneficio neto de 4,9 millones de dólares (4 millones de euros) del año anterior.
La cifra de negocios del grupo especializado en ocio para adultos alcanzó los 292,1 millones de dólares (233 millones de euros), un 14% menos, lastrado por la caída del 17,6% de la facturación en la unidad de entretenimiento, así como por el retroceso del 9,9% en la división editorial y del 6% en el área de licencias.
El caso de Playboy parece ser otro ejemplo más que demuestra la profundidad y gravedad de la crisis económica mundial, y que evidencia que ninguna empresa parece fuera de peligro a pesar de su fortaleza financiera o a la diversificación de sus actividades.
Juan V.