Hoy mismo, ha salido publicado en los medios que el G-14, grupo compuesto por las principales inmobiliarias españolas, ha asegurado que la caída de las compraventas de vivienda acumulada entre febrero de 2007 y 2009 es del 52%, más de la mitad. Este dato sigue confirmando la profunda crisis del sector inmobiliario español.
Como todo el mundo sabe, España ha basado su crecimiento en los últimos años en el sector de la construcción, lo cual en parte no es malo porque generó riqueza para el país, pero el problema es cuando la mayor parte de la economía se resiente con las crisis en la construcción debido a la gran dependencia del mismo que tiene la economía española.
Ante la situación económica actual el gobierno debería aprovechar para plantearse de verdad el cambio del modelo productivo. Para ello se podrían plantear políticas sobre la industria, las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), I+D y la dependencia energética.
Respecto a la industria, hay que decir que es un sector que puede generar crecimiento estable y de alto valor añadido. La industria es el único sector en el cual son posibles aumentos rápidos y sostenidos en productividad. Además, todo desarrollo industrial exige una mejora del nivel tecnológico y de las capacidades de gestión.
Asimismo la contribución de las TIC se hace imprescindible en un mundo globalizado como el actual. Las TIC deben ser un medio para alcanzar unos objetivos derivados de las necesidades sociales, económicas y demográficas del país, no un fin en si mismas.
Por otro lado, la inversión en I+D ha sido un objetivo prioritario por las autoridades económicas, pero los avances conseguidos no han sido suficientes. España dedica el 1,2% del PIB a I+D, frente al 2,26 de la OCDE. Por ello se hace necesario acercarse a las cotas de competitividad de los países más avanzados y resultar atractivos para captar inversión extranjera dispuesta a incrementar el capital tecnológico español.
Finalmente, por lo que respecta a la dependencia energética, España siempre ha sido un país enormemente dependiente (sobre todo del petróleo). Por ello las políticas encaminadas a potenciar las energías renovables deben ser prioritarias, para poder llegar a modificar el modelo energético nacional.
En definitiva, creo que debemos caminar hacia un nuevo modelo productivo, lo cual no es nada fácil, porque no sólo se trata de que los gobernantes implementen las políticas adecuadas, sino que también debe ir cambiando la mentalidad de la gente. La capacidad de adaptación será clave, y todos debemos contribuir a ello.
Un saludo,
Javi R.
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